Te vistes con la desnudez de todos los espejos, sin más abrigo que un festín de claridades.

Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.

No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo.

Barajas manoseadas por tahuares y ahora hay que hacerlo entrar, ofrecerle licor (que él lee en la oscuridad)

Entre el alba y la noche hay un abismo de agonías, de luces, de cuidados.

Profundidad.

Nada, sino esta quimera viviente del infierno que se despide de nuestra angustia.

Berrinche Creativo

Tengo dos ojos en lugar de dos huesos

tengo un arma disparada entre los huesos y los ojos

sangre

sangro

de mí.

Marina Victoria Dentice.